Las Hermanas de la Misericordia y sus colegas, sus amigas y amigos de todo el mundo tienen una enorme deuda de gratitud con Hermana Mary C. Sullivan, RSM. En su obra magna, El camino de la Misericordia: La vida de Catalina McAuley, ella nos dio el retrato definitivo de nuestra santa fundadora. Biógrafas/os anteriores habían contado la historia de Catalina McAuley, pero se dieron con el obstáculo de la falta de recursos técnicos que Hermana Mary pudo utilizar.
Permítanme comenzar este homenaje a Hermana Mary dando un poco de información sobre la creación de El camino de la Misericordia. Entre sus numerosas publicaciones a lo largo de los años hubo un número significativo sobre Catalina. De hecho, su disertación para su maestría en teología sistemática en Heythrop College de la Universidad de Londres en 1988 se tituló, «Crítica contemporánea de la cristología de Catalina McAuley (1778-1841)». Por ello, fue honrada con la «Marca de Distinción» de la Universidad. Otras publicaciones sobre Catalina incluyeron los libros Catalina de Dublín en 1965, Catalina McAuley y la Tradición de la Misericordia en 1995 y La Correspondencia de Catalina McAuley, 1818-1841 en 2004, así como numerosos artículos. Todo esto sentó las bases para El Camino de la Misericordia, publicado en 2012.
Tuve el privilegio de acompañar a Hermana Mary de una pequeña manera mientras ella creaba la biografía. De vez en cuando, ella me enviaba el borrador de uno o dos capítulos que yo leía y comentaba. A veces, yo tenía una pregunta o dos, otras veces una pequeña sugerencia. Pero la mayor parte del tiempo yo solo disfrutaba viendo cómo se desarrollaba la biografía. Lo que hizo que esto fuera único fue el acceso de Mary a las fuentes primarias, su comprensión del valor relativo de varias fuentes y su voluntad de buscar el más mínimo detalle. Ella creó un sentido de la vida en la Irlanda del siglo XIX y de cómo eran la Iglesia y la vida religiosa, lo cual es un trasfondo invaluable para comprender la originalidad de la obra de Catalina. Durante dos años más o menos, ella aprovechó los recursos relevantes de la época de Catalina: archivos de periódicos, archivos de la comunidad, registros de la Iglesia, registros municipales, las propias palabras de Catalina (cuidadosamente autenticadas) y más. Esta masa de detalles finalmente se plasmó en el relato que tenemos hoy: Catalina McAuley como una mujer de su tiempo y lugar cuyo legado vive en todo el mundo.
Este trabajo de erudición dedicada puede considerarse el logro final de Hermana Mary. Sin embargo, nuestra gratitud a Hermana Mary depende de mucho más que su compromiso con la erudición y la investigación teológica. Sobre todo, apreciamos su dedicación a la vida como Hermana de la Misericordia. Comenzaré con algunos detalles biográficos y logros profesionales y eclesiales antes de resaltar sus contribuciones al mundo de la Misericordia.
Mary Catherine, hija de Walter B. y Ruth Barnes Sullivan, nació en Rochester, Nueva York, el 15 de junio de 1931. Sus padres eran miembros de la Parroquia Santísimo Sacramento en Rochester. Ella tenía cuatro hermanos: Walter, Joseph, Thomas y James. Mary se graduó en la Escuela Santísimo Sacramento y en la Escuela Secundaria Nuestra Señora de la Misericordia, y entró en las Hermanas de la Misericordia en Rochester el 8 de septiembre de 1950. En su recepción en el noviciado fue nombrada Hermana María Petrus, un nombre que luego abandonó en favor de su nombre bautismal. Profesó votos temporales el 17 de agosto de 1953, seguidos de su profesión perpetua el 17 de agosto de 1956.
Logros y honores profesionales
En 1954, Hermana Mary se graduó magna cum laude en Nazareth College de Rochester con una licenciatura en inglés. Durante cinco años enseñó en escuelas primarias parroquiales, desde jardín de infantes hasta octavo grado. Luego enseñó inglés en la Escuela Secundaria Nuestra Señora de la Misericordia durante dos años (1958-1960). De 1960 a 1963 realizó estudios de posgrado en la Universidad de Notre Dame, obteniendo su doctorado en inglés en junio de 1964. El título de su tesis doctoral es El estilo descriptivo de Joseph Conrad. Otras experiencias académicas incluyeron un seminario de verano de NEH en la Universidad de Yale en 1974 y dos experiencias como profesora visitante en Saint Edmund’s College de la Universidad de Cambridge, Cambridge, Inglaterra, en 1976-1977 y en el verano de 1986. En 1988, ella obtuvo una Maestría en Teología Sistemática de la Universidad de Londres.
De 1963 a 1967, Mary enseñó inglés en la Escuela Secundaria Nuestra Señora de la Misericordia y (el antiguo) Catherine McAuley College; de 1965 a 1967 se desempeñó como presidenta del College. Su siguiente ministerio fue como profesora asistente de inglés en Marymount College en Tarrytown, Nueva York, durante dos años (1967-1969). En los veranos de 1969 y 1971, Mary enseñó en Malcolm-King Harlem Community Extension College de la ciudad de Nueva York. Posteriormente se desempeñó como voluntaria educativa en la Cárcel del Condado de Monroe en Rochester, impartiendo cursos de literatura y escritura una vez a la semana (1972-1976).
De 1969 a 1976, Mary fue profesora asistente de Lengua y Literatura en el Instituto de Tecnología de Rochester (RIT). El año siguiente pasó como profesora visitante en la Universidad de Cambridge en Inglaterra. A su regreso a Rochester en 1977, llegó a ser Decana de la Facultad de Estudios Generales de RIT, que se convirtió en la Facultad de Artes Liberales, cargo que ella ocupó hasta 1987.
Después de su año sabático en Heythrop College, la Universidad de Londres (1987-1988), Mary regresó a Rochester y a RIT y se desempeñó como profesora de Lengua y Literatura en la universidad de Artes Liberales hasta 2002. A continuación, se convirtió en profesora y decana eméritas. También en RIT fue presidenta del Senado Académico de 1996 a 1999.
Además de sus muchos libros y artículos sobre Catalina McAuley, Mary publicó docenas de libros y artículos en revistas académicas. De especial interés son sus obras sobre Teresa de Ávila y sobre John Henry Newman.
Entre los muchos honores que Mary recibió están los siguientes:
- Ayudantías de biblioteca y beca de tesis, Universidad de Notre Dame, 1960-1963.
- Estipendio de verano de la Fundación Nacional para Humanidades, 1974
- Elección como Asociada Danforth, Fundación Danforth, 1974-1980
- Premio Exalumna Sobresaliente, Nazareth College de Rochester, mayo de 1984
- Nombrada Mujer Católica Ejemplar, Comité de Becas para Mujeres, Instituto de San Bernardo, Rochester, 1991
- Un Premio RIT Eisenhart a la Enseñanza Sobresaliente, 1996
- Nominada por RIT para el Premio Athena del Consejo de Mujeres de la Cámara de Comercio de Gran Rochester Metro, 1996-1997
- Premio al Liderazgo del Coloquio de Educación Superior de la Misericordia, 1998
- Título honorario de la Universidad Georgian Court, Nueva Jersey, 2009
- Título honorario de St. Joseph’s College, Standish, Maine, 2015.
Contribuciones a la Iglesia
En su solicitud a Heythrop College para el año sabático en 1987, Mary describió sus diversos esfuerzos teológicos y ministeriales, indicando que le gustaría «leer y estudiar teología de alguna manera formal que conduzca a una maestría… para dar alguna manera formal y credencial al conocimiento teológico que hasta ahora he adquirido solo informalmente y a medida que surgió la necesidad u oportunidad». Ella añadió que no estaba interesada en estudiar teología pastoral como tal, sino en estudiar teología sistemática, con fines docentes y pastorales. «Creo que en nuestra área geográfica hay una mayor escasez de este último tipo de conocimiento y comprensión».
Durante muchos años, Mary sirvió a la Diócesis de Rochester y sus líderes. Ella trabajó como voluntaria a petición de dos obispos sucesivos de Rochester, Joseph L. Hogan y Matthew H. Clark. Durante el mandato del Obispo Hogan (1969-1978), con frecuencia era una escritora fantasma de borradores para su columna semanal en Courier-Journal, el periódico diocesano. También fue escritora y redactora, de forma confidencial, de partes de su informe quinquenal al Vaticano en 1974, trabajando con él y los jefes de departamento diocesanos para reunir el contenido del informe.
Bajo la administración del obispo Clark, ella ayudó de varias maneras diferentes. Fue presidenta del Grupo de Trabajo sobre una Carta Pastoral acerca de las Mujeres en la Iglesia, reflexionando con el Obispo durante varios meses sobre el posible contenido. Luego fue la redactora principal, de forma confidencial, de la mayor parte del primer borrador del documento que posteriormente escribió y publicó en abril de 1982: El fuego en el espino: Una carta pastoral sobre las mujeres en la Iglesia. Ella continuó presidiendo el grupo de trabajo hasta diciembre de 1983, cuando emitió un informe final y recomendaciones basadas en las discusiones de la carta pastoral que el grupo de trabajo había ayudado a organizar y facilitar en más de sesenta parroquias de la diócesis.
Posteriormente (1985 y 1986), Mary se desempeñó como miembro del Grupo de Trabajo Diocesano sobre Estructuras y Servicios Pastorales convocado por el Obispo Clark para abordar los desafíos futuros del ministerio en la diócesis, particularmente en términos de formación, educación, distribución y financiamiento de varios tipos de ministros designados. Mary también fue la redactora principal del documento público del Obispo que explica el propósito y la labor del Grupo de Trabajo.
Mary también formó parte del Consejo de Fideicomisarios del Instituto del Seminario de San Bernardo durante muchos años, desempeñándose como su presidenta en 1985-87. En ese papel, ella contribuyó a la decisión de trasladar los programas de posgrado del seminario en teología y ministerio al sitio de Colgate Rochester Divinity School y crear allí el Instituto San Bernardo de Teología y Ministerio. En nombre del Consejo redactó el documento: «Instituto San Bernardo: Una declaración de su origen, propósitos, planes y relaciones».
Contribuciones al Mundo de la Misericordia
Como se señaló anteriormente, Mary ingresó en las Hermanas de la Misericordia de Rochester en 1950. Con la finalización de su educación, se involucró profundamente en la reflexión teológica y ministerial y en la escritura en nombre de la congregación. [Estas actividades se refieren a la Congregación de las Hermanas de la Misericordia de Rochester, antes de la formación de las Hermanas de la Misericordia de las Américas en 1991]. Ella sirvió en el Consejo Asesor elegido para la Superiora General y el Consejo casi todos los años a partir de 1967, y fue delegada en cada Capítulo General a partir de 1971. Fue editora de sus Constituciones Interinas en 1975 y escribió numerosos documentos teológicos congregacionales, incluidos los de Persona y Comunidad (1969), Misericordiosas (1975) y Simplicidad de Vida (1979). Ella dio muchas presentaciones, días de retiro, talleres y homilías dentro y fuera de la congregación sobre muchos temas.
Con la formación del nuevo Instituto en 1991, la influencia de Mary continuó creciendo. Fue elegida delegada para el Primer Capítulo General del nuevo Instituto y para cada Capítulo posterior excepto el Cuarto. En el frente internacional, ella fue nombrada miembro del Comité de Archivos de la Asociación Internacional de la Misericordia (2001-2009) y de la Comisión Internacional de Investigación de la Misericordia (2004-2009).
Los dones de Mary estaban a pedido en todo el mundo. Ella dirigió veintisiete retiros sobre la espiritualidad de la Misericordia en Nueva Zelanda, Australia, Terranova, Inglaterra, Guyana, Panamá y Estados Unidos. Presentó seminarios/conferencias sobre Catalina McAuley y la Espiritualidad de la Misericordia en Nueva Zelanda, Australia, Terranova, Inglaterra, Guyana, Panamá y Estados Unidos unas dieciséis veces. Fue miembro de Enfoque de la Misericordia en Haití desde 2011 hasta su muerte, viajando allí cuatro veces con el servicio estudiantil o viajes de inmersión. También formó parte del Comité de Desarrollo escribiendo solicitudes de subvenciones y llamamientos a donantes, así como innumerables notas de agradecimiento.
Una iniciativa que reunió a representantes de todo el mundo fue la Conferencia Internacional de Investigación sobre la Misericordia, que ella ayudó a organizar en noviembre de 2007. Celebrada en Burlingame, California, incluyó a treinta Hermanas de la Misericordia de doce países que presentaron ponencias y participaron en el diálogo sobre las cuestiones clave planteadas. La publicación resultante, «Fuego lanzado sobre la Tierra—Encendido: Ser misericordia en el siglo XXI», capta las riquezas que se compartieron.
Otro proyecto de Misericordia que Mary ayudó a facilitar fue la preparación de la Oración de la Mañana y de la Tarde de las Hermanas de la Misericordia. Un pequeño comité editorial reunió el texto, utilizando contribuciones de intercesiones originales y oraciones de las hermanas de todo el Instituto. Liturgy Training Publications trazó las páginas, creando el primer borrador. Cuando estuvieron listas, envié cada sección a Mary, quien lo leyó meticulosamente y me envió sus preguntas. En su mayoría, notó construcciones incómodas y modismos poco claros, siempre ofreciendo un cambio sugerido que adoptamos con gusto.
Un proyecto más de Misericordia tuvo lugar en los últimos años de Mary. Tenía que ver con la preparación para la publicación de un manuscrito que otra Hermana de la Misericordia había dejado inacabado a su muerte. La Hermana Mary Aquin O’Neill murió en Baltimore en diciembre de 2016. Algún tiempo después, una colega suya, Wendy Hefter, notificó a las Hermanas de la Misericordia la existencia del manuscrito de Gracia original: El misterio de María. Reconociendo el valor de la obra, un pequeño grupo de Hermanas de la Misericordia, encabezadas por Mary, más John R. Donahue, SJ, comenzaron a preparar la obra para su publicación. Después de un año o más de ida y vuelta entre miembros del comité, decidiendo qué incluir y qué omitir, y editando cuando fuera necesario, se consideró listo para su publicación. Aquí es donde Mary se basó en su inmensa experiencia con la publicación. Ella preparó la carta de oferta a un posible editor y la envió. Cuando, después de algunos meses, el manuscrito fue rechazado, le ofreció la oportunidad a otra editorial. Durante un par de años lo envió a cuatro o cinco editoriales. En general, aunque reconocían el valor del texto, temían que no hubiera una venta lo suficientemente grande como para ganar dinero. Pero Mary perseveró, y el cuarto o quinto editor acordó tomar el manuscrito. Las cajas de los libros publicados llegaron al convento de Mary unos días antes de su muerte.
Podemos terminar este breve estudio de la vida de Mary con sus propias palabras. En una biografía personal breve, que escribió en 2010, Mary concluyó: «Todas estas experiencias me han hecho sentir profundamente agradecida de ser Hermana de la Misericordia. Me han enseñado la creatividad del ministerio, la misericordia, el desinterés y la alegría llena de fe de las hermanas que he conocido; y todas ellas me han llamado constantemente a una conversión personal mucho más profunda de mi propia vida y ministerio. Me despierto cada mañana recordando, e inspirada por, el buen ejemplo de sus vidas. Claro, Catalina ve nuestras fallas humanas, pero también debe estar muy orgullosa de la bondad que ve a Cristo creando en todo el mundo de la Misericordia».